Pocas horas después de las elecciones municipales y regionales, esperando aún el cómputo oficial de la ONPE (tan lento), es casi seguro el triunfo en Lima de Susana Villarán. Bien ahí, por la renovación, por la primera alcalde mujer elegida en democracia.

Bien, pero el sistema político peruano está, para todos los efectos prácticos, quebrado. No hay tal sistema y si hay alguno, es un riesgo para la propia gobernabilidad. Gana cualquiera, por razones difíciles de generalizar, por asuntos locales. ganan caudillos desconocidos. Los partidos son sólo fachadas. Se re eligen varios personajes vinculados a casos notables de corrupción.

Se impone un análisis profundo de todo el proceso de regionalización, del sistema de partidos. Nos preguntamos si una estructura tan endeble como la que hemos elegido todos este domingo podrá resistir los retos enormes de la corrupción, el narcotráfico y la inseguridad.

Veamos.